De izquierda a derecha Jordi, Alfon, Tico, Julio y Santi.
¡¡Bidones en ristre en busca de la fuente!!
Ya en la riera hacia Argentona, me compro una parcelita demostrándole a Julio cómo hay que caer con estilo... Menos mal que el suelo de arena estaba blandito y no hubo daños...
Finalmente llegamos hasta Argentona y tras un par de intentos fallidos y de volver a preguntar a unos nativos, encontramos la pista que nos debía de llevar hasta el Castell de Burriac.
Tico ya nos había advertido de que era una subida "durilla", lo que traducido al lenguaje de los mortales significa que es un subidón del 15.
Como efectivamente ya había intuido nos encontramos con una pista que sube vertical en dirección hacia el Castell con casi ningún descanso y donde los sherpas Tico y Alfon demuestran que están hechos para esto de la BTT. El resto de la tropa hacemos lo que podemos, con Jordi en una honrosa tercera posición y con Julio acompañándome, sufriendo y maldiciendo en arameo en la cola del grupo.
Tras un par de descansillos/reagrupamientos, llegamos hasta el desvío que conduce directamente al Castell.
¡¡Por fin hemos llegado!!
Sonríe, sonríe, que parezca que nos lo pasamos bien...
El sudor de la camiseta de Julio demuestra lo sufrido hasta el momento.
Atención a la cara de orgullo del Presidente para con la tropa.
Una vez abandonado el Castell, hay que subir hasta la carena de la montaña y encarar la vertiente del Vallès para dirigirnos nuevamente hasta La Roca, donde estaban los coches. Yo de buena gana me hubiera vuelto a casa por el Paseo Marítimo del Maresme, pues ya conozco el camino que nos falta por recorrer, ya que es el que yo utilizo para llegar hasta el Castell pero a la inversa y después de las energías consumidas hasta el momento, se que lo voy a pasar mal... bueno... muy mal y así fue.
Tremendos rampotes que me hacen echar fuera lo poco que me queda y como "mal de muchos consuelo de tontos", me conformo con ver que alguno más del grupo también se deja la piel para llegar hasta arriba.
Tras la masacre se suponía que ahora tocaba bajar y disfrutar. La verdad es que las pistas de bajada que conoce Tico son para tirar cohetes, bueno las de subida también, pero creo que ya estoy demasiado cansado para disfrutarlas al 100 % y un par de sustillos me recuerdan que debo estar bien atento a las trazadas, pues esta bici no perdona tanto los errores como la Trek que tenía antes.
¡¡Por fin!! machacados, echos caldo, triturados, petados... llegamos a La Roca donde el Presi, víctima de remordimientos de conciencia por la paliza que nos acababa de dar, nos invita a unos "Isostar" como demuestra la prueba gráfica.
Estos son los dos que sobrevivieron a la salida.
Tras el refrigerio nos despedimos pues a partir de aquí cadacual hace las vacaciones por su cuenta y ya será difícil volver a coincidir para hacer bici, por lo menos todos juntos.
Una vez en casa y tras analizar el track del GPS con el IBPINDEX me ha dado un resultado de 150, lo que es una bestialidad y que da muestra de lo dura que puede ser una salida de sólo 42 kms.